Antonio Miranda y Arana nació en Burceña (Barakaldo) el 10 de Julio de 1831, de familia de labradores pobres. A los 15 años marcha a Cuba, para trabajar con su tío, que poseía negocio de tejidos en La Habana.
Trabaja activamente en el ramo de los tejidos, negociando con diversas capitales europeas. Se retira a los 38 años, volviendo a España. Fija su residencia en Bilbao (durante 6 años es Consejero del Banco de Bilbao), hasta el año 1.887. Se traslada a San Sebastián, donde fallece el 2 de Enero de 1.910 (con 78 años).
En su testamento, otorgado 2 días antes de morir, deja toda su fortuna, excepto algún legado y mandas, para que se funde y sostenga un Asilo en Barakaldo, para la atención de ancianos pobres hijos de su pueblo natal; nombra Albaceas (José Sotero Echevarría Mújica -cura ecónomo, Juán Laffitte Obieta -abogado y Pedro González Bilbao -administrador particular, todos de San Sebastián), encargándoles a ellos todas las labores para hacer realidad su deseo.
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