Sorprende que este edificio que se puede considerar un verdadero hito en la arquitectura de la época y es, desde luego, el Ayuntamiento más interesante de los construidos hasta entonces en Bizkaia, no haya tenido el reconocimiento que merece.
Se trataba de construir un moderno Ayuntamiento, más los juzgados, en una de las localidades más industrializadas del País Vasco que en 1960 ya contaba con 78.000 habitantes.
La respuesta consistió en un edificio perfectamente articulado volumétricamente, sobre una planta en forma de T que se adueñaba del amplio solar, aunque creando un patio abierto en el acceso principal desde la Plaza de los Fueros (actualmente Herriko Plaza).
Destaca el tratamiento del cuerpo principal y la composición de sus fachadas a través de grandes paños. Tanto la configuración general como los detalles, evocan la arquitectura escandinava y más específicamente la del arquitecto danés Jacobsen.
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